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1 de Junio
Cuando detectamos que nuestro hijo es intimidado en su colegio, somos nosotros, sus adultos de confianza, las personas sobre las cuales recae la responsabilidad principal de acompañarlo, de ayudarlo a encontrar soluciones y de escuchar cómo se siente con todo lo que le está pasando.
Si aún no estás seguro de que tu hijo sea víctima de bullying, pero quieres aprender sobre cómo tener ambientes seguros en su colegio, te invitamos a que ingreses a Guía para criar niños seguros y empáticos ¡Por un mundo libre de bullying!
Si estás seguro de que tu hijo está inmerso en esta situación, aquí te regalamos 11 acciones concretas que puedes llevar a cabo para ayudarlo:
El primer paso recomendado es tener una conversación sincera con el niño en la que le expliques que tú ya sabes lo que está sucediendo en el colegio, que siempre estás de su lado y que le crees. Puede ser algo así: “sé lo que te está pasando en el colegio. Imagino que para ti es muy difícil y que te duele. Quiero ayudarte y siempre estaré de tu lado porque nada de esto es tu culpa”.
Es posible que el niño intente negar lo que sucede por vergüenza o miedo, pero debe encontrar en sus padres o cuidadores un lugar seguro en el que le sea permitido expresar sus emociones verdaderas sin juzgarlo o culparlo.
Hay un fenómeno común en los casos de acoso escolar: el chantaje. Suele suceder que el niño que intimida cuenta con alguna información, recuerdo, fotografía o material con el que está chantajeando a tu hijo para que no diga nada de lo que sucede.
Lo más frecuente es que esa información con la que se chantajea, sea una de la cual el niño se arrepiente y no quiere que nadie sepa, ya sea porque lo avergüenza o porque le da miedo el regaño.
Lo importante en este paso es identificar si lo están chantajeando (y con qué) y comunicarle de manera asertiva que no lo vamos a culpar, que no nos vamos a burlar y que no es su culpa nada de lo que está sucediendo.
Cuando ya hemos tenido una conversación sincera con el niño, es momento de que empecemos a buscar soluciones en equipo. Una clave es contarle que nunca vamos a tomar decisiones sin tomarlo en cuenta y que todas las acciones que tengamos siempre contarán con su consentimiento, porque muchos niños temen contarle a sus papás, que estos le cuenten a sus profesores y que eso solo empeore la situación de acoso.
Una técnica que generalmente funciona es entrenarlo en habilidades sociales para que deje de verse afectado por las burlas de su intimidador. ¿Cómo así? Lo que pasa es que los niños que hacen bullying, encuentran la motivación en la respuesta del intimidado, recompensando así su comportamiento.
Si logramos que nuestro hijo responda de manera asertiva, como si no supiera que las burlas son burlas, el intimidador muy posiblemente pierda el interés. Sería algo así: Si al niño lo molestan, por ejemplo, por su peso, le podríamos enseñar a responder algo como: “Es verdad, mi cuerpo es diferente al tuyo. Son ambos muy bonitos. A mí me gusta el color de tu cabello”. O, si lo molestaran por ser muy responsable y hacer todas las tareas, le podemos enseñar a responder: “Gracias por notar mi responsabilidad, cuando quieras te enseño unos tips que a mí me han ayudado mucho para que nunca se me olviden las tareas”.
Con eso, logramos que nuestro hijo aprenda a reaccionar de un modo pacífico, pero sin quedarse callado. Además, fortalecemos su autoestima.
Los niños pueden tender a minimizar lo que les sucede en el colegio en sus situaciones de acoso. Es importante que lo ayudemos a notar que lo que le está pasando no es normal y que no tienen por qué aceptar tratos injustos por parte de sus compañeros.
Una estrategia muy útil puede ser llevar un diario del acoso. Con eso, logramos visibilizar lo que sucede y, además, nos puede servir como prueba si el caso de bullying llegara a escalar.
Los niños necesitan sentir que pertenecen. Es importante que sientan que cumplen un rol insustituible en su familia y en su salón de clases.
Puede ser que el niño que sufre de bullying, no tenga muchos amigos en el colegio y que no sienta que pertenece a ese lugar, por lo que nosotros como padres podemos fomentar la búsqueda de nuevos espacios y círculos sociales en los que él encuentre motivación y amistad.
Podemos inscribirlo a clases extraescolares o a cualquier actividad por la que sienta afinidad.
Teniendo en cuenta que las consecuencias del bullying tienen una relación directa con la salud mental y con el bienestar, es importante buscar ayuda psicoterapéutica donde nuestro hijo tenga un espacio para hablar de lo que pasó (o está pasando) y aprenda herramientas para enfrentar estas situaciones desde el desarrollo de competencias socioemocionales como la asertividad y el pensamiento crítico.
Todas las instituciones educativas tienen un conducto regular que debemos seguir para hacerle frente a esas situaciones de acoso. Lo más importante es que nunca tomemos la decisión de acudir al colegio sin antes haber consultado con el niño si se siente cómodo con hacerlo.
La primera persona con la que hay que hablar en la institución educativa es con el profesor principal, siempre asegurándonos de que las acciones que esa persona tome no vayan a empeorar la situación o pongan en riesgo la seguridad y la autoestima del pequeño. Además de reunirse con el profesor, pueden escribir por correo todo lo que está pasando, y tener en cuenta la figura del Comité de Convivencia escolar, el cual es el organismo encargado en la institución de intervenir en estas situaciones.
Cuando hablamos con el profesor es importante lograr dos cosas:
Establecer un plan de acción que nos permita mantener a nuestro hijo seguro, pero empoderado. Es muy efectivo si logramos definir esta ruta de trabajo como un equipo con el objetivo de que todos los niños entiendan que no hay buenos y malos, sino que estamos todos en contra del bullying y del irrespeto.
Hacer un seguimiento de las acciones restaurativas que se propusieron para entender si están funcionando y cómo podemos hacerlas más efectivas.
Es probable que sintamos el deseo de borrar todas las pruebas que tenemos del acoso, especialmente si se vive por medio de la redes sociales. Sin embargo, es importante que no lo hagamos hasta que la situación se haya resuelto porque pueden ser esas pruebas las que nos ayuden a demostrar lo que está pasando frente a la institución educativa. Por ejemplo, en los casos de ciberacoso, son de las evidencias más importantes en estas situaciones.
Un paso muy frecuente en los conductos regulares de los colegios es hacer una reunión que incluya a los padres de la víctima, los padres del agresor y el profesor. Esta es una situaci ón que nos puede parecer tensionante porque definitivamente ningún adulto quiere estar viviendo esa situación y, generalmente, nosotros ya tuvimos algún tiempo para procesar lo que está pasando, mientras que los padres del agresor solo se enteran en esta instancia.
Es muy común que estas reuniones entre padres sean un poco tensionantes, por lo que te recomendamos poner más energía en la construcción de un ambiente sincero y asertivo con tu hijo.
Este paso tiene sentido porque nos permite a todos los adultos estar enterados de todo lo que está pasando y empezar a jugar en el mismo equipo en el que no juzgamos a ninguno de los niños involucrados, sino que condenamos las acciones que parten desde la falta de empatía y desde el irrespeto para tomar acción juntos.
Si ninguna de las acciones ha funcionado y la situación de bullying sigue igual o peor, lo que debemos hacer (con el consentimiento de nuestro hijo) es escalar la situación a otros estamentos del colegio para que se tomen medidas disciplinarias. Generalmente, estos casos de acoso se presentan antes el rector o ante un ente de coordinación de disciplina y el comité de convivencia.
La última de las acciones que podemos tomar en caso de que ninguna de las anteriores haya tenido efectos positivos, es escalar el caso a los entes gubernamentales, y así puede ser revisado el caso por fuera del colegio. Al final te dejamos plataformas en las que si estás en Colombia, puedes reportar tu caso.
Nuestro consejo principal, además de las 11 acciones concretas, es siempre buscar que nuestro hijo entienda que la situación de acoso que está viviendo no es su culpa y que nosotros estamos ahí para apoyarlo y acompañarlo.
Como consecuencia de eso, es importante recalcar que la decisión de cambiar al niño de colegio puede parecer una solución inmediata a un problema estructural, pero en el fondo le estamos dando el mensaje de que su intimidador es una persona poderosa que puede decidir sobre su vida.
Libro " Te espero a la salida" de Pablo Duchement, que puedes encontrar en formato Ebook.
La guía para familias del Programa contra el Acoso Escolar Kiva que puedes encontrar haciendo clic aquí.
La guía 49 titulada Guía pedagógica para la convivencia escolar del Ministerio de Educación de Colombia que está disponible haciendo clic aquí . En ella, podrás encontrar una sección llamada “Protocolo para la atención de situaciones tipo II”, en la que hay una lista de 12 pasos que se deben llevar a cabo para tomar acción en caso de presentar una situación de bullying. Entre los más destacados, está la confidencialidad de lo que se converse entre todos los implicados y el profesor. También se plantea la necesidad de terminar una consecuencias restaurativas que logren reparar los daños causados y el restablecimiento de los derechos y la reconciliación.
Kit Papaz para el manejo y la prevención escolar llamado “Cómo podemos prevenir y manejar la intimidación escolar”, que puedes mirar haciendo clic aquí.
La infografía de Prevención de situaciones de riesgo y amenazas en ciber entornos desde la familia del Ministerio de Educación de Colombia que puedes conocer haciendo clic aquí.
El texto de Educación, Convivencia y Agresión Escolar de Enrique Chaux, que puedes conocer entrando aquí.
La plataforma de Te Protejo en la que puedes denunciar los casos de acoso escolar.
El SIUCE (Sistema de Información Unificado de Convivencia Escolar) del Ministerio de Educación de Colombia.
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