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20 de Diciembre
Si estás aquí seguramente es porque estás considerando cambiar a una dieta vegetariana. Hoy Nosotras queremos contarte todo sobre este estilo de vida para que tomes decisiones que te hagan muy feliz y que mantengan tu cuerpo y tu mente sanos.
Por eso, además de toda la información, te traemos cinco testimonios de usuarias que están relacionadas de alguna manera con este estilo de vida para que conozcas sus historias y sepas todo lo que ellas tienen para contarte.
Lo primero que queremos contarte es que en el mundo de la alimentación basada en plantas existen muchísimas opciones, dependiendo de lo que comas o no. Por eso, empecemos con las definiciones:
Vegetarianismo: es el concepto general que engloba todas los demás tipos de dietas basados en plantas, pero significa, en principio, no comer alimentos que impliquen la muerte del animal.
Veganismo: es el vegetarianismo extremo en el que no se consume (ni se utiliza) ningún tipo de alimento de origen animal: carne, pescado, leche, huevos, lana, cuero, miel…El veganismo más que una dieta se trata de una postura ética.
Crudiveganismo: es el veganismo en el que solo se consumen alimentos crudos.
Apivegetarianismo: no se consume carne, pescado, huevos ni leche, pero sí miel.
Ovovegetarianismo: no consume animales, pero sí los huevos y la miel.
Lactovegetarianismo: ni carne, ni pescado, ni huevos, pero sí se aceptan la leche y la miel.
Ovolactovegetarianismo: no se come carne, pescado ni miel, pero sí se aceptan la leche y los huevos.
¡¡Empecemos con los testimonios!! Queremos contarte la historia de tres usuarias que decidieron contarnos cómo viven sus dietas basadas en plantas:
Esta es la historia de María Paula González, de Colombia, que tomó la decisión de ser vegana incluso cuando disfrutaba el sabor de los productos animales:
“Yo soy vegana desde hace cinco años, y antes de eso fui dos años vegetariana. Tomé esa decisión porque sentía dentro de mí que era la correcta porque tengo una conexión muy fuerte y especial con los animales y con el planeta en general, entonces era lo que mi corazón y mi conciencia me decían que debía hacer.
Físicamente me siento mejor, con mucha más energía y siento, además, que la relación que tengo con el mundo y con los animales se ha hecho más especial.
Es una decisión que te cambia todo: cómo te relacionas contigo, con los demás, con el planeta, con los alimentos… con todo. Por eso, ha sido una experiencia demasiado gratificante y siento que todos los días tengo un motivo cada vez más fuerte para seguir haciendo esto.
Ahora como más rico que antes, he aprendido a cocinar delicioso y he descubierto restaurantes que no sabía que existían, llenos de opciones muy variadas”.
Ahora, queremos contarte la historia de Alejandra Vieco, una chica que se volvió vegetariana a los 11 años:
“Cuando yo tenía como 11 o 12 años, vivíamos en una zona rural, con todo lo que eso implica en términos de cercanía a la industria de la carne: vacas, cerdos, pollos, etc. Yo recuerdo muy bien los ruidos de los animalitos, que se les notaba el dolor y la desesperación. Incluso unas veces me tocó ver cómo mataban las gallinas.
Obvio todo eso me impactaba mucho y, aunque estuviera pequeña, yo ya no quería comer carne, pero para mis papás eso era incomprensible.
Como yo igual era más bien terca, casi me desnutro de verdad: si era carne, me negaba a comer. Como un poco de huelga de hambre.
Al final una gran amiga de la familia me dijo algo como “yo te ayudo a dejar de comer carne, pero tienes que empezar a comer otras cosas: yo hablo con tus papás y te cocinamos cosas que te alimenten”. Ella fue la primera que me enseñó que con frijoles y granos se puede reemplazar la proteína animal, y que el hierro lo puedo sacar de la espinaca. Y entonces a partir de eso ya me pude volver vegetariana.
Hay algo que antes me daba pena decir, pero ya lo acepto: el sushi es lo único que sí me gusta mucho, y aunque no es frecuente, muy de vez en cuando como. Sí es triste porque sí tengo esa sensibilidad por los animales, pero ya no me genera tanta culpa.
Prefiero ser una vegetariana imperfecta, con esos errores, que dejar de serlo por miedo a no estar a la altura de mis creencias”.
Esas dos historias parten de una conexión de las chicas con el planeta, pero ahora queremos que conozcas a Susana Gómez, una usuaria que nos cuenta cómo su alimentación basada en plantas es una necesidad de su cuerpo:
“Yo hace mucho sabía que la carne roja le hacía daño a mi cuerpo, pero en mi familia todos son demasiado carnívoros, entonces no lograba hacer un cambio constante en mi alimentación. Lo que sucedió fue que un día me fui para un viaje de una semana con una prima que es vegetariana y ¡¡fue increíble!! Noté unos cambios inmediatos en mi cuerpo y en mi estado de ánimo: me sentía liviana, con el estómago en paz, la piel y la digestión mejor…
Ahí supe que era un cambio que necesitaba hacer en mi vida y lo hago de manera muy intuitiva: como demasiado rico. He buscado recetas y me encanta.
Esto no es una camisa de fuerza y si un día me antojo de carne, me la como y ya, porque siempre estoy escuchando mi cuerpo y sé qué es lo que más me conviene. Trato de que más o menos el 80% de las comidas de la semana sean vegetarianas”
Esta es la recomendación principal que tenemos para ti: ¡¡Visita a una experta!! Puedes consultar con una nutricionista o con una nutrióloga para que ellas te ayuden a hacer un plan de alimentación que te haga feliz a ti, mientras te nutre y te mantiene saludable.
Por eso, te contamos la historia de Isabel Uribe, una usuaria que está transitando desde una alimentación común y corriente hacia una basada en plantas:
“Yo en este momento estoy en una transición acompañada por una médica nutrióloga. Entiendo que esto es lo que quiero y lo que más le conviene a mi cuerpo, pero no puedo hacerlo de un día para otro porque correría el riesgo de enfermarme o de tener que retroceder en el proceso.
Ha sido largo y he tenido días difíciles, principalmente por la presión social… mi cuerpo recibe muy bien el cambio y me hace profundamente feliz saber que estoy más saludable y con más energía, pero no han faltado los comentarios llenos de ignorancia diciendo que es posible que me desnutra, que las verduras no son suficientes para estar bien y que no voy a tener músculos.
Yo creo que lo más importante es estar muy bien informada sobre los cambios que uno quiere hacer y entender que ser vegetariano no es comer lechuga hasta la saciedad, sino que hay muchos grupos alimenticios que se pueden combinar de maneras deliciosas y súper saludables.
He aprendido a comer. No significa que coma más o menos cantidad, significa que esta profesional de la salud me ha ayudado a entender cómo funciona mi cuerpo y qué tengo que darle para mantenerlo saludable.”
Para terminar, te contamos la historia de Maria Soledad Conejeros Ponce, una usuaria de Chile que intentó ser vegetariana, pero no se asesoró bien y tuvo muchos problemas de salud:
“Empecé en el veganismo con más entusiasmo que conocimiento. Desde niña sentía que comer animales era cruel y cuando entré a la universidad y pude ser independiente, pensé que era el momento de hacer ese cambio.
No fue difícil dejar la carne y los productos de origen animal, pues nunca me gustaron y los comía por obligación. Al principio fue genial: comía solo lo que me gustaba, pan, arroz, pastas ¡y no engordaba! De hecho fue la época de mi vida en que estuve más delgada. Tenía un apetito feroz, comía cada 2 horas y en gran cantidad.
No sabía que el hambre era producto de mi dieta falta de proteínas... yo solo estaba maravillada de poder comer tanto sin engordar.
Pasaron dos años y mi salud empezó a decaer: mi pelo que antes era muy grueso y abundante, cada vez era más delgado, no tenía ánimo para hacer nada y me mareaba frecuentemente. Finalmente fui al doctor, quien tras varios exámenes me informó que tenía anemia y que mis índices estaban tan bajos que debía comer carne lo antes posible. Así que tuve que volver a comer carne, fue muy difícil porque odiaba comer animales y además en ese momento tenía un conejo de mascota y me sentía culpable por acercarme a él sabiendo que yo comía animales.
Han pasado varios años, mi anemia está controlada, pero por indicación médica nunca podré volver a ser vegana debido al daño que le hice a mi cuerpo al no informarme antes de empezar mi cambio de dieta y balancear adecuadamente los alimentos”.
¡¡Seguro que amaste estos testimonios tanto como Nosotras!! Ya estás más informada para poder tomar una decisión y sabes que es de vital importancia que consultes a una experta antes de hacer cambios en tu estilo de vida.
Si quieres aprender más sobre todo el tema de alimentación, te recomendamos el artículo Hay varios tipos de dietas, escoge una para ti. Recuerda que puedes ser parte de nuestra comunidad registrándote en nuestra página y siguiéndonos en redes sociales, donde tenemos muchas actividades e información que seguro te van a encantar.
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