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Ser mujer es extraordinario por el simple hecho de existir, de poder transformar con amor el mundo, con nuestra sensibilidad llegar a lo más profundo de los corazones, romper las barreras de la indiferencia y llenar de cuidados a los que nos rodean, estamos cubiertas de grandes potenciales, cualidades y habilidades que hacen de este un mundo, un lugar más bonito.

Las mujeres somos seres fabulosos en toda nuestra esencia, somos símbolo de flexibilidad y resistencia más no de debilidad, somos la sutileza en medio de lo rudo del exterior, somos paz en medio del caos y por encima de todo somos luz para iluminar nuestra vida y cautivar con nuestra presencia.

El objetivo no debe estar enfocado en encajar en una sociedad cada vez más excluyente y subjetiva, basada en excesivos estándares de belleza y creencias erradas; no se trata de ser, hablar o comportarse igual, pues cada mujer es especial, llena de virtudes y cualidades maravillosas ¡y la diferencia nos hace únicas y especiales!

Vivimos estigmatizadas por los demás, cuando en realidad debemos vivir y disfrutar nuestra autenticidad y esencia para descubrir que en medio de todo ¡la vida es bella!

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