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¡Hola! Vengo a contarles mi historia. De mis recuerdos de la infancia probablemente los más tristes fueron los que viví la primera parte de mi enseñanza básica.

Era constantemente aislada, me decían rara, hablaban a mis espaldas y se burlaban de mi físico constantemente. Todos los recreos eran terribles, cuando se suponía que deberían ser la parte favorita de cuando se es niño, para mi no lo era, siempre me quedaba sola.

A veces me daba vergüenza y no sabía a donde ir para que no me vieran y les diera otro motivo para que me trataran de rara. Quizás era tímida, me hacía falta que me invitaran a jugar. Esos fueron los peores años de mi infancia, hasta que me di cuenta que no tenía amigos y que era capaz de hacer todo lo posible para no ir al colegio o para que me fueran a buscar.

El cambio se realizó cuando estuve en quinto básico, fui a un colegio subvencionado, desde el primer día cuando llegué, mis compañeros me recibieron de una manera que yo jamás me hubiera imaginado, ¡me saludaron sin siquiera conocerme!

En mi otro colegio era como si nadie notara mi existencia, pero en este, sí estaban interesados. Recuerdo que todos querían conocerme y me invitaban a jugar. Los recreos por fin se transformaron en mi parte favorita del día en el colegio, recuerdo que jugábamos casi todos los del curso, todos tratábamos de que todos se sintieran y fueran incluidos.

A partir de ese momento todo fue bueno y empecé a ayudar a la gente que parecía que pasaba por lo mismo que yo, porque no quería que nadie se sintiera excluido, ni mucho menos solo.

Los años que pasé en ese colegio fueron los mejores de mi vida escolar. La gente y los amigos que hice ahí, la manera en que era alguien que importaba, es algo que nunca olvidaré. Me gustaba mucho que no importaba de donde vinieras, ni quien fueras, siempre iba a haber alguien para jugar contigo.

Por eso mi mensaje es que a veces puedes sentirte que no encajas en un grupo, lo más importante primero es que tú aprendas a estar bien contigo. Las relaciones sociales obviamente son importantes, y es normal que a veces no encajemos en algún grupo, como yo no encajaba en el otro colegio, pero luego encontré mi lugar.

Todos somos diferentes y eso está muy bien, lo más importante es aceptarnos con nuestras diferencias, eso sí, nosotras podemos incluir a el otro, aunque seamos muy diferentes, podemos aprender el uno del otro y amarnos con nuestras diferencias.

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