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¡Hola! Aquí estoy para contarles mi historia de bullying, así que comencemos. A la edad de 11 años tenía mi primer periodo,  por ello me salieron muchos granitos y eso me hacía sentir la peor persona en el mundo. Además de que me sentía mal con mi apariencia, recibía muchos comentarios como que me lave la cara o que mi cara era muy fea

Hasta que dije: ¡No más! yo elevé mi autoestima y paré ese acoso. Si me decían, - Ay que fea tu cara, solo los ignoraba y ellos eran lo que se sentían mal porque yo los rechazaba.

Después me empezaron a crecer los senos y engordé un poco, lo bueno era que ahora  yo no pensaba en los otros, solo en mí y cuando me decían -  ¡ay qué gorda! Eso no me importaba porque no me definen los estándares.

Soy perfecta en la manera en que sea y cuando entendí eso, hablé con la psicóloga de la escuela y formamos una campaña contra el bullying. Ahí todos aprendimos la importancia de no dejarnos llevar por lo que el otro diga.

Ojo, todas somos hermosas, nadie ni es mejor, ni es peor. Así que tampoco podemos ponernos a pelear por un mal comentario del otro, solo necesitan ser ignorados, porque ellos no te definen a ti, además, nadie tiene el derecho de opacar al otro, ni hacerlo sentir mal.

Somos dueñas de nuestros cuerpos, tampoco nadie tiene derecho a tocarlo sin nuestro permiso, porque eso ya no sería bullying, sería un abuso y es una falta muy grave. Si eso te pasa, no dudes en advertirles a tus padres, una persona de confianza y a la autoridad.  Eso no se puede callar porque pueden pasar a peores, así que no se queden calladas, a mí me ha pasado algo similar y se lo he contado a mi madre y creanme que ella me ha ayudado demasiado.

Por eso,  díganle no al acoso, no al bullying y no al abuso.

Besos.

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